Cuando uno camina por los senderos del género fantástico, pocas veces se encuentra con una adaptación que logre encender la chispa de la épica verdadera. The Wheel of Time, o La Rueda del Tiempo, fue una de esas raras veces. Y, sin embargo, cuando parecía que su rueda giraba con más fuerza que nunca, Amazon Prime decidió detenerla. La noticia de su cancelación, tras tres temporadas, cayó como una daga helada sobre los corazones de quienes hemos seguido el viaje de Moiraine Damodred y su búsqueda del Dragón Renacido.
Pero los fans, como los héroes de las antiguas leyendas, no se han resignado. Como un ejército organizado tras una causa justa, han levantado sus voces, lanzando una cruzada digital bajo el estandarte de #SaveWOT. Al primero de Junio de 2025 más de 100.000 firmas han sido reunidas en el sitio savewot.com, una gran hazaña a decir verdad, ya que la campaña no lleva ni una semana de ser lanzada. No es solo una petición. Es un grito de batalla.
Y tienen razones para luchar.
Porque, aunque los inicios de la serie fueron inestables —una primera temporada que no terminó de convencer a los más puristas de la obra de Robert Jordan—, lo que siguió fue una evolución mágica. La segunda entrega corrigió el rumbo. Y la tercera… Ah, la tercera. Fue el momento en que la serie encontró su alma.
Desde la primera escena de la temporada tres, con una batalla tan cruda como hermosa, donde hechiceras tejían cuchillas de viento y bolas de fuego entre sangre y gritos, quedó claro que The Wheel of Time había alcanzado su plenitud. La fantasía dejó de sentirse como un intento y se volvió carne, piedra, luz. Realidad.
Muchos creadores han fracasado intentando adaptar mundos imposibles: paisajes que desafían la física, culturas que no existen, batallas que requieren ejércitos de criaturas imposibles. Llevar eso a la pantalla no es una empresa menor. Cada vestuario, cada criatura, cada rincón del mundo de Rand al’Thor y compañía, exige una inversión que pocos estudios están dispuestos a asumir.
Y sin embargo, con recursos limitados, The Wheel of Time lo logró. La tercera temporada destacó por su producción impecable: vestuarios dignos de las cortes más antiguas de Andor, efectos visuales que rivalizaban con cualquier otra serie del género, y una fotografía que parecía pintada con la luz de una luna élfica. Los jóvenes actores, que en un principio parecían eclipsados por figuras como Rosamund Pike, Shohreh Aghdashloo o Sophie Okonedo, finalmente brillaron con luz propia.
Las cifras, además, hablan por sí solas. Un 97% de aprobación de la crítica en Rotten Tomatoes. Un 83% del público. Calificaciones sobresalientes en IMDb, Popcorner y Metacritic. La Rueda del Tiempo no solo mejoró: se convirtió en una de las mejores series de fantasía de los últimos años.
Y sin embargo, Amazon dijo que no.
¿La razón? Números financieros desfavorables, según informó la compañía a Deadline. Pero los fans no pueden evitar preguntarse: ¿cuáles números? ¿Los mismos que justificaron la renovación de Los Anillos de Poder, serie que, con un presupuesto colosal, sufrió una caída de audiencia y críticas demoledoras? ¿O los números invisibles de una promoción prácticamente inexistente, que hizo que muchos ni siquiera supieran que la tercera temporada ya estaba disponible?.
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Las respuestas quizás se escapen al entendimiento de los mortales. Pero lo que está claro es que The Wheel of Time encontró su equilibrio, su voz, su destino. Y, como ya ocurrió con otras series injustamente canceladas —Warrior Nun, Lucifer—, los fans creen que todavía hay esperanza. Que alguna otra plataforma escuchará su llamado. Que la rueda seguirá girando.
Porque en el corazón de todo amante de la fantasía hay una verdad inquebrantable: las grandes historias no terminan. Solo esperan su próximo capítulo.
