El Lucio es una leyenda colombiana que relata la historia de un hombre negro que se pintaba con carbón y aceite para perseguir mujeres bonitas.
Según cuenta la leyenda se dice que existió una vez en el departamento del Atlántico un hombre que solía salir por las noches desnudo a perseguir damas bonitas y las violaba, se dice que este hombre antes de salir se pintaba todo de negro con carbón y manteca (aceite).
La situación se repetía a diario por lo cual las niñas empezaban a encerrarse en sus casas desde que eran las 6 de la tarde. Además se dice que se robaba los calderos y las ollas de las casas. La gente del pueblo cansada de la situación decidieron armar cuadrillas para cazar al Lucio, pero nadie sabia que el lucio era una de las personas que lideraba las cuadrillas por eso nunca lo encontraban, el mismo se encargaba de decir que: “dejémoslo quieto que esa noche no sale”.
Se dice que una señora llamada doña Pura García, quien era una bruja, acepto hacerle un rezo para atraparlo, se disfrazó, se pintó las piernas y los brazos de negro y se puso una bata blanca. A doña Pura García le gustaba tomarse sus tragos, así que invito a Lucio a tomar ron y se emborracharon, después de tener relaciones se quedaron dormidos en la choza de ella. Fue entonces cuando una vecina se asomó y los descubrió.
De esa forma fue como todo el pueblo entero supo quien era el Lucio, al final fue castigado y llevado a la cárcel para responder por sus delitos.